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Nuevos enfoques para la administración y mantenimiento comunitarios en conjuntos habitacionales: experiencias y desafios. Ciudad de Buenos Aires

6.- FORMACION DE RECURSOS TECNICOS

Cada vez son más los proyectos que buscan alinearse con las necesidades de cada sociedad y más las búsquedas de retroalimentación entre “conocimiento entendido como materia e insumo de la vida académica y a la vez de la práctica profesional” (Castronovo 2005:213-219).

Como docentes universitarios, en los últimos años hemos asistido a una profunda y rápida transformación de las diversas expresiones de los problemas en la producción del hábitat popular en sentido temporal extendido, al mismo tiempo surgieron nuevas propuestas de actualización de las currículas universitarias para atender nuevas demandas orientadas a una formación que establezca una vinculación dinámica comunidad-universidad para producir territorios más justos..

Pensar en la Organización Comunitaria para la Rehabilitación Edilicia, es considerar el perfil de los profesionales relacionados que formamos, con un proyecto político, ético comprometidos en su relación con la sociedad en valores que exigen competencias teóricas y técnico-operativas y recursos apropiados sobre el hábitat, reconociendo que aún frente a la gravedad y persistencia del déficit, el debate sobre estrategias y recursos para brindar soluciones sobre el patrimonio edilicio construido no ha tenido la relevancia que merece.

En palabras de Paulo Freire “conocer la realidad, sin conocer palabras” (Freire, 2008), como proceso donde la Universidad se acerca a la comunidad y viabiliza crecimiento integral de docentes y alumnos. Ello produce intercambio de conocimientos para generar uno nuevo en el cual “el saber técnico (es) sumado al saber popular” ya que se entiende al hábitat como «un espacio donde la gente se mueve, trabaja, disfruta, sufre, interactúa, multiplica, habita. Por ello el habitante debe ser consultado, es bueno que opine, conviene que evalúe, es necesario que decida, tiene que participar» (CEVE, 1986). Por ello, la capacitación continua de los recursos populares con políticas públicas activas de formación y acceso a recursos sostenidos en el tiempo, que atiendan la complejidad creciente de la producción y uso del patrimonio edificado para la generación de trabajo e inserción laboral, debe formar parte inescindible de nuestra formación profesional.

A su vez, los colegios profesionales con incumbencias en el espacio construido, deben integrarse y capacitar a la matrícula en modalidades que no sólo atiendan las necesidades del mercado formal de producción de viviendas. La función social de la actividad profesional que aborde el vasto sector de población que no accede a la vivienda privada, debe ser rediscutido para ampliar el campo y formar nuevas miradas sobre el patrimonio edificado ante la necesidad de atención de colectivos sociales con sus propias lógicas y saberes.

A modo de cierre…
Como expresamos, la rehabilitación social integral y (co)gestionaria en la ciudad no es neutral. Siempre es conflictiva porque media entre intereses diferentes. Por lo tanto, frente a abordajes homogéneos desde los gobiernos proponemos nuevas respuestas creativas.

Si comprendemos que estos conjuntos habitacionales, expresión de ciudad excluyente, están compuestos por conjuntos de lógicas y sentidos, materializados simbólicamente por la vida misma que los caracteriza e individualiza, podemos pensar y accionar en alternativas superadoras en la búsqueda de (co)gestionar estos enclaves para su sostenibilidad e integración plena en la cultura ciudadana.

Un Programa de organización comunitaria para la rehabilitación integral y sus entornos de producción estatal, en régimen de propiedad horizontal, debe contar con políticas públicas concentradas y sistémicas apoyadas transversalmente para su implementación, considerando que los conjuntos habitacionales son comunidades a respaldar hacia su sustentabilidad.

Se trata de recuperar el compromiso social y simbólico de los habitantes, descalificados y degradados por políticas, programas y proyectos excluyentes en el diseño y acciones de sostenimiento y mejora de su hábitat.

Estas situaciones nos vuelven a interpelar en la búsqueda de instrumentos de intervención y visiones más generales y complejas sobre las acciones que den cuenta de la rehabilitación como actividad que incluya la administración y organización para el mantenimiento en pos de asegurar el albergue material como un bien seguro y durable en el que la vida familiar y comunitaria en entornos integrados puedan desarrollarse en condiciones de justicia socio-espacial.

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