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Construcción social de redes en el acompañamiento para productores – artesanos en Salta, PROYECTO ADUJA

Este escrito analiza una experiencia proyectual Aduja desarrollado durante el año 2014-2015 y las acciones de intercambio y co-construcción tecnológica desarrolladas en la Feria Balcarce, en Salta Capital. La Feria está ubicada al pie de la vieja estación de trenes y el espacio que la alberga convive con distintas actividades y prácticas sociales, que fueron reconfigurando la zona y principalmente la calle Balcarce a esa altura, convirtiéndose actualmente en un importante referente espacial que le otorga un nuevo significado a la zona.

Los diagnósticos y avances de intercambios producidos permitieron observar, entre otras cosas, la falta de reconocimiento de sus artesanos por parte de las instituciones estatales locales y la sociedad civil. Como también la dificultad, tanto institucional como de la propia organización, para la apropiación y puesta en valor de la artesanía urbana local que producen. Sobre estos emergentes se accionó a fin de elaborar estrategias y herramientas que colaboren en el proceso de superación de la situación socio-productiva mencionada, a partir de fortalecer la percepción de calidad de la oferta cultural de la feria y sus redes institucionales.

La Feria Balcarce se encuentra emplazada en el espacio público, en un sector de la ciudad cercano a la estación de trenes de la Capital de Salta. Se extiende por tres cuadras sobre la calle Balcarce, desde la avenida Entre Ríos hasta la calle Ameghino, donde se ubica la estación de trenes. Se localiza a diez cuadras, al norte, de la Plaza principal 9 de Julio y el Shopping Alto NOA se halla a seis cuadras por el este.

Para contextualizar, es necesario puntualizar que la zona que alberga la feria ha cambiado a lo largo de la historia, tomando distintas centralidades, principalmente por asociación al uso del tren, que en su apogeo se integraba con actividades comerciales variadas y hospedajes turísticos. Más tarde, durante la década de los 90, en el período del gobierno de Menem, se produce la privatización y el desuso de los trenes como medio de transporte al interior, lo cual lleva a la merma de las actividades ligadas a él, con el progresivo abandono de dichos espacios y la desvalorización de la zona, permaneciendo sólo el servicio turístico del Tren de las Nubes.

Alrededor del año 2001, por iniciativa de dos militantes y hermanos, Tupac y Fidel Puggione, se inaugura el Centro Cultural Jorge Cafrune que luego se transformaría en la peña nocturna La Vieja Estación, ello dio paso a la apertura de múltiples emprendimientos nocturnos en la calle Balcarce y en las cuadras aledañas como restaurants, bares, boliches, etc. A la par, los hermanos planifican como estrategia de supervivencia económica la Feria de artesanos de la calle Balcarce los días Domingo, dando respuesta a la crisis socioeconómica que se vivía en el país e integrando lugareños ya artesanos e individuos que tenían alguna habilidad, a actividades organizadas en el espacio público, la calle, como alternativa laboral en términos productivo-comerciales.

Feria Balcarce y su ubicación.

A través de los años fue consolidándose tanto la feria como el paseo de la Balcarce, favorecidos por la centralidad de su ubicación y la posibilidad de adecuación a los distintos usos y actividades que se proponen, donde se produce una suerte de mediación entre el espacio público y el privado, ya que se deben tener en cuenta los días y horarios en relación con las distintas prácticas sociales que conviven o disputan el espacio. Así es entonces, que esta zona funciona como referente espacial, resignificado tanto simbólica como socioculturalmente por el ciudadano que la habita y por los visitantes, sean estos locales o turistas que participan en las actividades que se señalan a continuación, en orden de referencia de reconocimiento social:

  • Actividades comerciales nocturnas, principalmente los fines de semana, se limita la circulación vial, peatonalizando la calle Balcarce (desde Alsina a Ameghino).
  • Feria artesanal, donde se restringe la circulación vial desde la avenida Entre Ríos a Ameghino, y en calle perpendicular Necochea.
  • Actividades turísticas de hotelería y agencias de turismo focalizadas en los viajes en el tren de las nubes, que cuentan, además, con el entorno de la Balcarce como espacio de circulación y consumo.
  • Actividades comerciales diurnas durante la semana: negocios de productos regionales como artesanías o diseño de autor; comercios.
  • Hogares o viviendas, que paulatinamente son desplazadas por las actividades nocturnas, desde la adecuación de viviendas para emprendimientos nocturnos o por los ruidos producidos por este polo.

Estos procesos de transformación-hibridación del hábitat popular poseen aristas en diversos vectores: el espacial, social, cultural, económico, infraestructural. Se observa la reconfiguración del espacio como resultado de las distintas actividades productivas y comerciales instaladas en el hábitat, la apropiación individual y colectiva de la vereda y calle o entendida como una línea con flujos (1) específicos, de acuerdo con el escenario, donde circulan vehículos o personas, una configuración lineal que transforma el espacio de tránsito en un espacio de intercambio.

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