Suscribir al newsletter:

Mirar a traves de los objetos

Ana Núñez, inicia su exposición encuadrando la práctica profesional de arquitectos y urbanistas como parte de un “proceso económico” que es necesario observar y analizar para comprender “el modo en que esto determina” las características de nuestra práctica, obstaculizando o favoreciendo “las acciones en favor del derecho a la ciudad”.

A través de las interrogantes: “¿De qué modo este contexto económico productivo limita las posibilidades de desarrollar procesos intersectoriales? ¿Cómo son afectadas las variables por las condiciones económicas y productivas definidas por las reglas del intercambio? ¿Cuál es la relación que esta determinación mercantil establece sobre la relación entre las características esperadas o preestablecidas de los productos y proyectos, y la adecuación de lo proyectado a las necesidades de los actores?” Ana nos fue mostrando una compleja trama de relaciones sociales que es necesario desentrañar.

A continuación transcribiremos los argumentos más relevantes de su disertación, intentando ser fieles al sentido crítico y transformador que sus palabras expresaron.


Para enmarcar la actividad proyectual en el contexto económico productivo es necesario abrir un poco el significado de la mercantilización de bienes, es decir, qué significa la mercantilización de productos desde el ámbito de la Facultad de Arquitectura, para que dejemos de mirar objetos y empecemos a mirar “a través de los objetos”. Esto significa mirar qué relaciones sociales se construyen y se destruyen a partir de la producción de objetos. Y en ese sentido, lo primero que quisiera hacer es avanzar sobre la cuestión de “los derechos humanos”, a modo de propiciar el pensamiento, y el diálogo, de tal modo de problematizar el derecho a la ciudad más allá de lo urbano. Hoy el concepto está un poco sesgado porque el derecho a la ciudad nos lleva a plantear esta polarización y esta falsa dicotomía urbano-rural, campo-ciudad, cuando lo que tenemos que hacer es ver las relaciones sociales que se establecen en el territorio.

Entonces, más que hablar de lo urbano, lo rural, la ciudad y el campo, me gusta hablar sobre la territorialización de procesos sociales históricamente determinados, ya que reúne en el proceso socio-histórico lo urbano y lo rural. Lo que voy a hacer entonces es mirar lo urbano y lo rural como parte del mismo proceso social históricamente determinado.

Figura 0. Fuente: historietasdeayerydehoy

Volviendo al tema que nos convoca, “la problematización que se estaba haciendo sobre la mercantilización de los bienes y productos y su relación con el concepto de derecho a la Ciudad” es insoslayable tomar la obra de Henri Lefebvre. El contenido de la obra de Lefebvre nos puede ayudar a romper con el fetichismo de la mercantilización, es decir, romper con el fetichismo del mercado; el mercado concebido como que hay algo que se vende y alguien que lo compra. Esta cuestión de la oferta y la demanda, y pasar a pensarlo en el marco de la producción mercantilista. Sin embargo no existe solo un tipo de mercantilización, ¿estamos hablando del intercambio simple de mercancías? ¿estamos hablando del intercambio que tiene que ver con incrementar la sobreganancia y el valor de cambio? ¿o estamos hablando del circuito simple del capital que ve al intercambio como modo de sustituir un valor de uso?

Si no tenemos claro de qué manera estos distintos circuitos competen al sistema capitalista como totalidad, estamos corriendo el riesgo de que todos los productos son mercancías. Todos los productos del trabajo no son mercancías. La mercancía tiene características particulares y esto tiene que ver con Henri Lefebvre y su Derecho a la Ciudad, y por supuesto que todo esto que estoy diciendo de forma bastante apurada y desordenada, está atravesado por el derecho real por excelencia que es la propiedad privada.

La idea mía es que en la facultad de arquitectura podamos mostrar y podamos ver nuevos observables que se nos ocultan detrás de la materialidad de los objetos. En la Facultad de Arquitectura producimos todo el tiempo objetos, intervenciones urbanas, edificios, etc., y casi nunca nos ponemos a pensar en las relaciones sociales con las cuales se construye ese objeto. Lo que les voy a proponer es trascender la reflexión sobre los objetos reflexionando sobre el proceso de producción de esos objetos.

Sin embargo para no caer en el fetichismo de la mercancía, nos tenemos que meter en la fórmula trinitaria del sistema capitalista como lo desarrollará tan extensamente Marx en “El Capital”.

Los comentarios están cerrados.