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El espacio posdoméstico

En este número de la Revista Hábitat Inclusivo nos proponemos indagar acerca de los modos de habitar contemporáneos y la necesidad de revisar estos temas disciplinariamente con la construcción de herramientas proyectuales que nos puedan permitir introducir el ecofeminismo y lo común al estudio y la práctica profesional. Al mismo tiempo, nos interesa explorar cuáles son los desafíos presentes y futuros en relación al espacio doméstico y abordar lo común, los cuidados, la interdependencia y la ecodependencia como potencialidades hacia nuevas posdomesticidades. Para ello, se plantea hacer foco en la vivienda colectiva como interfaz entre lo íntimo, lo comunitario y lo colectivo, entre lo doméstico y lo urbano, y como germen de una urbanidad alternativa

Cabe destacar que este número 17 sobre “El espacio posdoméstico” representa el segundo de una serie de la revista dedicada a temas relacionados con el feminismo y la perspectiva de géneros aplicada en las disciplinas proyectuales. El primero de esta serie fue el número 14, titulado “Formación y género en las disciplinas proyectuales”, cuya coordinación editorial estuvo a cargo de la Esp. Arq. Clara Mansueto.

El equipo de coordinación de esta edición de la revista estuvo a cargo de un colectivo de investigación-acción llamado “Colectiva Habitaria”. Habitaria es una plataforma colectiva que indaga sobre la deconstrucción del espacio en el que habitamos, desde una perspectiva ecofeminista. Nuestro objetivo es revisar, resignificar y politizar el espacio doméstico. Investigamos sobre nuevas formas de cohabitar y proponemos de manera experimental alternativas habitacionales centradas en lo común.

Las líneas editoriales planteadas para la recepción de los aportes que aparecen en el presente número fueron las siguientes: historia del espacio doméstico, el cosmos de lo doméstico, escalas de lo doméstico, politizar lo doméstico, transformabilidad y adaptación, intimidad-extimidad, interdependencia y ecodependencia, redes de convivencia y vida cotidiana, vivienda y géneros, habitar lo común, alternativas para la cohabitación, nuevas domesticidades y utopías-distopías.

Así, recibimos aportes con enfoques diversos que han permitido elaborar un número centrado en reflexionar sobre las lógicas que definen el espacio doméstico y ofrecer nuevas miradas, que nos sirven para entender la urgencia de la revisión y resignificación de lo doméstico en la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo e ir tramando de manera colectiva nuevas herramientas y posibilidades para ello.

La estructura de este número la hemos dividido, en consonancia con el criterio editorial de la Revista Hábitat Inclusivo, en tres partes. La primera está dedicada a una serie de textos de índole variada -una nota, dos reseñas y una narrativa poético-catárquica-, que nos sirven para introducir el concepto de posdomesticidad, que da nombre al presente número, planteando unas primeras reflexiones acerca de la temática. La segunda parte reúne una serie de artículos científicos con referato, que fueron evaluados por pares a ciegas, dando como resultado un proceso muy enriquecedor para todas las partes. Finalmente, el número cierra con una entrevista realizada a la Dra. Arq. Zaida Muxí, a modo de reflexión final.

El orden establecido de los diferentes textos y artículos permite un recorrido acerca de diferentes temáticas que abordan lo doméstico. Se inicia con unas primeras reflexiones sobre el espacio doméstico, que incluyen la problematización del contexto de pandemia del COVID-19, que ha puesto en jaque nuestros modos tradicionales de habitar, algunas posibilidades para la acción colectiva para superar la crisis sanitaria global, como son trabajos basados en el deseo y la imaginación especulativa, y el concepto de posdomesticidad, que permite plantear instancias y proyectos superadores al sistema heteropatriarcal que domestica nuestros cuerpos y vida cotidiana. Después, se plantean los límites de lo doméstico, se dan voz y se aportan perspectivas y experiencias desde cuerpos e identidades disidentes y vulneradas, para pasar a reflexionar sobre lo común como potencia para la resignificación de lo doméstico, la recuperación de algunas claves feministas en el diseño y el aporte de algunas herramientas proyectuales para la vivienda colectiva. Finalmente, se incluye un último texto que ofrece una mirada integradora de todas estas temáticas y nos permite inspirarnos para seguir pensando el espacio posdoméstico.Así, el texto con el que se inicia este número de la revista se plantea como un manifiesto para la micropolítica. Como muestra de una postura elaborada a partir del trabajo conjunto, la Colectiva Habitaria se define a sí misma y comparte algunas de sus prácticas e ideas, intentando desmontar principios heredados para comprender qué intenciones se ocultan detrás de la idea de lo doméstico. Para ello, se desarrolla el concepto de posdomesticidad que llevan años trabajando y que sirve como eje conductor de la presente publicación.

En el siguiente texto Natalia Kahanoff reúne una serie de fragmentos escritos durante los primeros meses del aislamiento social, preventivo y obligatorio del año 2020. Frente a un escenario colmado de incertidumbre aparece la contemplación del exterior próximo como posible fuga y refugio. Una cámara de fotos captura situaciones cotidianas de la reclusión doméstica y se entrelaza con relatos que van desde la descripción material hasta interrogantes de fantasías imposibles.

En abril de 2020, un grupo de colectivos conformado bajo el nombre de Ciudades Comunes trabajó de manera articulada para realizar un congreso online, llamado Ciudades Comunes 2020, con el objetivo de reflexionar sobre la situación urbano-habitacional en el contexto de pandemia de COVID-19, a partir de unos ejes temáticos. Uno de ellos fue el de Posdomesticidades. Víctor Franco, quien estuvo al frente del mismo, nos hace una reseña de lo que fue esa experiencia, compartiendo el material que sirvió de base para una publicación fruto del evento.

En “Exploraciones para escenarios posdomésticos” Víctor Franco, Natalia Kahanoff, Martín Pego y Luciana Pellegrino, de la Colectiva Habitaria, nos comparten sus investigaciones sobre nuevos modos de aproximarnos a la posible transformación de la realidad a través de mundos ficticios y escenarios hipotéticos. Nos presentan algunos de sus talleres experimentales y colaborativos realizados durante 2020, que proponen como herramientas para comprender mejor el presente y establecer futuros más deseables.

Dando comienzo a la segunda parte de este número, en el primero de los textos, Christel Centelles indaga acerca del concepto de lo doméstico y sus límites. Ella reflexiona sobre la vigencia de las distintas normativas que regulan la vivienda en España y Ecuador, poniendo en duda su adaptabilidad a nuevas formas de habitar. Al mismo tiempo nos presenta algunas herramientas para proyectar una vivienda flexible e igualitaria a partir del estudio de dos casos concretos, uno en Barcelona y otro en Quito.
Por su parte, Clara Mansueto, a través de los talleres de “Promotoras de hábitat saludable” coordinados por Proyecto Habitar, da voz a los problemas y deseos expresados por mujeres que habitan en barrios populares de La Matanza. Profundizando la relación entre la configuración del espacio de esos territorios y las prácticas sociales que cotidianamente realizan, aporta un análisis para la producción de una arquitectura situada en los problemas sociales.

A continuación, Leonardo Giaimo nos ofrece una reflexión acerca de la perspectiva y experiencias en clave queer sobre el espacio doméstico. Propone lo cuir como categoría espacial, con el objetivo de cuestionar, desde las militancias por los derechos LGBTI+, los feminismos y otras colectivas de derechos humanos, la domesticación que produce el espacio sobre las identidades que habitan como queers.

Facundo Revuelta nos propone un artículo que parte de la problemática que significa para el colectivo travesti-trans la falta de representatividad en las políticas de hábitat y vivienda, y como, ante este panorama de carencia y necesidad, han podido y sabido maniobrar para encontrar soluciones, formando redes intergeneracionales y modelos alternativos de familia que desbordan los modelos individualistas de vivienda.

Le sigue el aporte de Víctor Franco, que nos plantea que investigar sobre las arquitecturas de lo común permite aprender a proyectar mejor los espacios intermedios entre lo privado y lo público, entendiendo su potencia para resignificar el espacio doméstico y fomentar las relaciones de convivencia en la proximidad. Para ello, se analiza lo común en casos de vivienda colectiva en Buenos Aires de diferentes épocas y tipos a partir de una serie de variables.

Por su parte, Carolina Quiroga presenta la obra de la arquitecta holandesa Wilhelmina Jansen, pionera en aplicar un diseño arquitectónico feminista, y la experiencia de VAC -Comité Asesor de Mujeres- de Rotterdam, a partir de una investigación de archivo inédita. El artículo reflexiona acerca de la vigencia del diseño feminista en vivienda colectiva que llevaron adelante a mediados del siglo XX, debido a la introducción de un modo innovador de la voz olvidada de residentes con metodologías participativas e inclusivas

En el último artículo de esta segunda parte, Anabella Ullo analiza su proyecto de vivienda colectiva realizado durante 2019 en la materia Proyecto Arquitectónico en el Taller Forma y Proyecto, en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. El trabajo busca politizar el espacio mediante la perspectiva de género, para poder proyectar vivienda y ciudad sin seguir representando y reproduciendo lógicas desiguales.

Finalmente, cierra este número una entrevista realizada por Luciana Pellegrino a Zaida Muxí, donde se revisa el espacio doméstico desde la perspectiva de género. La conversación invita a reflexionar y repensar una nueva domesticidad que rompa con los valores asociados tradicionalmente a lo doméstico, como la distribución de roles de género y de tareas que se desarrollan en ese espacio. Para ello, Zaida comparte algunas de sus ideas al respecto, al mismo tiempo que recorre diferentes casos, ofreciendo una importante contribución que abona a la construcción del concepto de posdomesticidad.

Antes de concluir, queremos agradecer a todas las personas que participaron y colaboraron en este número con sus aportes, especialmente a las evaluadoras por su desinteresada e intensa labor, sin cuyo trabajo esta publicación no hubiera sido posible. Es un orgullo haber podido contar con su colaboración, puesto que todas ellas son importantes referentes nacionales e internacionales en el campo de la investigación en Arquitectura, Diseño y Urbanismo desde el feminismo y con perspectiva de género. Ellas son, por orden alfabético: la Mg. Arq. Adriana Guevara (FADU-UBA), la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo (FAPyD-UNR), la Mg. Arq. Ana Valderrama (FAPyD-UNR), la Mg. Arq. Celina Caporossi (FAUD-UNC), la Mg. DG. Griselda Flesler (FADU-UBA), la Mg. Arq. María Eugenia Jaime (ICO-UNGS / FADU-UBA), la Dra. Arq. Natalia Czytajlo (CONICET / FAU-UNT) y la Dra. Arq. Zaida Muxí (ETSAB-UPC).

Sin duda, el aporte que se ofrece aquí es muy valioso respecto al debate que planteamos sobre el espacio doméstico, aunque sabemos que inacabado y en proceso. Por tanto, alentamos a que se puedan abrir nuevas líneas de investigación o se puedan seguir profundizando algunas que aquí se plantean con nuevos aportes e instancias de intercambio en el futuro. Esperamos que el presente número permita abonar a la construcción colectiva de un nuevo sentido de lo común y ofrecer nuevas herramientas para imaginar y proponer nuevos espacios posdomésticos.

¡Que disfruten de la lectura!

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