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Relaciones interinstitucionales en la Radicación del Barrio 31

Se observa, entonces, que la efectiva representación en la mesa establecida por la Ley Nº 3343/09 se fue deteriorando con el correr del tiempo. No obstante ello, la Mesa finalmente tuvo su dictamen de trabajo N° 1614/11 en el que nuevamente se remarcó la necesidad de trabajo conjunto entre los gobiernos. La Mesa, en tanto órgano de trabajo con representación de la mayoría de sectores involucrados con la urbanización, otorgó un marco de garantía para el cumplimiento de lo establecido en la ley de urbanización. Pese a ello, aún hasta nuestros días (no obstante la ley aprobada y el extenso trabajo en la mencionada Mesa) los reclamos de los vecinos siguen a la orden del día fundamentalmente por no reglamentarse el traspaso de tierras –ya sea de Nación hacia los vecinos o hacia Ciudad- para comenzar con las obras definitivas.16 Asimismo, en el mes de octubre de 2012 debía tratarse en Comisión de Vivienda, Planeamiento Urbano y Presupuesto el dictamen producto de la MGyP. Legisladores y vecinos denunciaban la falta de voluntad política por parte de la presidencia de la Comisión de Vivienda (en manos de Lidia Saya del PRO) de suspender las reuniones de Comisión para que el dictamen no pueda ser discutido en recinto.17 Estos hechos generaron nuevas manifestaciones vecinales y movilizaciones hacia la Casa de Gobierno Nacional y la Legislatura porteña, repudiando la falta de acuerdo en materia de las tierras de la villa 31, denunciando supuestos acuerdos para la construcción de un emprendimiento inmobiliario en otra zona de la ciudad y exigiendo el cumplimiento por lo establecido en la ley aprobada en la legislatura.18

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El freno a los avances logrados en la MGyP termina siendo el resultado visible a partir de los últimos sucesos: el congelamiento del tratamiento del dictamen en la legislatura que provoca el retardo en la regularización dominial de las tierras y, consecuentemente el comienzo de las obras de urbanización. Volvemos a aclarar que estos vaivenes son producto de que la zona donde se asienta tanto la villa 31 como la 31 bis posee un gran valor estratégico y simbólico debido a que dicha área es considerada valiosa en términos urbanísticos y esto mismo constituye una “subversión” del principio según el cual el criterio para considerar el acceso a la ciudad es el poder adquisitivo de los ciudadanos (Dictamen “Urbanización del Barrio 31 Carlos Mugica). Esta valoración de la zona es la que implica las principales dificultades y encuentros entre diferentes actores e instancias políticas en pos de la urbanización. Llama poderosamente la atención que a pesar de la existencia de una ley que reconoce el derecho de sus habitantes sobre las tierras que habitan, el proceso por la urbanización definitiva se frene constantemente.

Volvemos a reflexionar, aquí, sobre el mapa cromático al que referenciábamos más arriba en el que O’Donnell expresa diferencias en la presencia estatal y en la intensidad de la ciudadanía. Nos preguntamos, entonces, si estamos ante una ciudadanía de baja intensidad en el caso de la villa 31, víctima de un estado que se hace presente con serias deficiencias.

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