Suscribir al newsletter:

Proyectos de inclusión urbana-habitacional: ¿Hacia el cumplimiento progresivo de derechos humanos? Los aportes de la «Brújula» de la planificación

La aplicación a casos de estudio en la metrópoli de Buenos Aires

La “Brújula” fue aplicada sistemáticamente, a cinco barrios populares de la metrópoli de Buenos Aires. El objetivo fue determinar a partir de la comparación de los resultados obtenidos las condiciones de cumplimiento de derechos y sus causas, comparando en que medida la información secundaria tiende a coincidir con la percepción de los vecinos y cuales son los resultados del taller participativo en lograr consensos entre vecinos y autoridades respecto de las acciones a emprender para mejorar estructuralmente las condiciones de vida en sus barrios.

Figura 3

Figura 3

Un factor muy importante de comparación considerado por el proyecto fue seleccionar barrios que cumpliesen con condiciones similares de generación de hábitat en los que se conjugaran las mismas tipologías, reconocidas en término de formas surgidas por la acción del mercado de lotes económicos y auto-construcción de viviendas, planes del estado o de grupos no gubernamentales subsidiando la vivienda y/o los servicios y formas diversas de hábitat informal tales como villas miserias, asentamientos, etc. El enfoque de indagación consistió en considerar tales formas de hábitat individualmente, pero muy especialmente en su relación de unos con respecto a otros, enmarcados en distintos planes y proyectos de inclusión urbana reproducen dinámicas e interacciones que conducen a su mejoramiento o empeoramiento. El factor de comparación entre estos barrios fue su localización, escogiendo un barrio relativamente próximo al centro metropolitano, tal como el caso de Villa Soldati, un barrio en la primera corona metropolitana, Villa Zagala, entre los municipios de Vicente López y San Martín, un barrio en la segunda corona, en el Barrio San Carlos, en Moreno, un barrio altamente segregado en Escobar, “Los Pinos” y un barrio en la extrema periferia en Luján, “Barrio Padre Varela” (figura 3). El análisis comparativo de dichos barrios con respecto al resto de los municipios en los que se insertan ofrece un primer panorama de su condición de segregación y fragmentación (Tabla II) excepto el caso del barrio “Los Pinos” del cual se carece de información censal por tratarse de un sector de reciente establecimiento, en el cual el ejercicio de la “Brújula” fue realizado puramente con los datos provistos de informantes claves.

La comparación considera cantidad de habitantes, superficies y densidades, por una parte, e intervenciones urbanas históricas, aquellas que dieron origen al barrio y más recientes, procurando revertir sus problemas incipientes y focalizadas en su inclusión, procurando descubrir a partir de la herramienta la “Brújula” en que medida los sucesivos planes y proyectos a lo largo del tiempo, han generado impactos significativos en las condiciones de vida de sus habitantes, expresado en cumplimiento o incumplimiento de derechos.

Tabla II.

Caso de estudio Población, superficie y densidad (hab. por hectáreas) Intervenciones
Históricas Recientes
Villa Soldati (CABA) 23.937/136/ 53 Complejos habitacionales Pre-metro y  espacios verdes
Villa Zagala ( San Martín y Vte Lopez) 11.449/38/69 Complejos habitacionales y hospital Viviendas.  Integración comunitaria
Barrio San Carlos (Moreno) 9538/700/20 Loteos formales y viviendas subsidiadas Complejos habitacionales  densidad media
Barrio “Los Pinos”. Escobar 1250/6/180 Loteos informales puente peatonal mejora vía
Barrio “Padre Varela”. Luján 4268/92/46 Loteo formal e informal Pavimentación  transporte

Figura 4

Figura 4

Figura 5

Figura 5

Figura 6

Figura 6

Cada uno de estos casos ilustra situaciones diferenciales de segregación y fragmentación urbana, planteando desafíos específicos de proyectos de inclusión urbana-habitacional. El caso de Soldati y Villa Zagala (figura 4) presentan barrios que alojaron complejos de alta densidad y densidad media. Lo casos de “San Carlos” en Moreno y “Los Pinos” en Escobar, presentan calidad de barrios periurbanos con perfiles poblacionales cuasi rurales (figura 5). El caso de “Padre Varela” en Luján es atípico por tratarse de un barrio dormitorio en una ciudad en la extrema periferia metropolitana (figura 6) con condiciones marcadas de vulnerabilidad social y territorial.

El caso de Villa Soldati, en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires es un clásico de una estrategia fallida de experimentación social construyendo distintos complejos habitacionales de alta densidad, totalmente descontextualizados de sus entornos barriales tradicionales, transformando el barrio obrero en un “ghetto” aislado y con índices de hacinamiento y marginalidad alarmantes. Los esfuerzos posteriores por remediar dicha situación, de la mano de diversas intervenciones habitacionales posteriores, incluyendo iniciativas de vinculación del sector a través de la creación del pre-metro, busca mejorar las condiciones de conectividad de la zona con el resto de la ciudad, especialmente el micro-centro metropolitano. Por otra parte, pueden reconocerse esfuerzos por generar actividades en los grandes predios públicos de la zona, principalmente en términos recreativos, de modo de evitar la toma de tierras por parte de grupos que buscan expandir los numerosos asentamientos informales en la zona. Esto último es producto del enorme crecimiento demográfico, resultado de diversos factores en los que se combina la atracción de poblaciones provenientes de otros asentamientos informales metropolitanos que buscan una localización más central y ventajosa en cuanto al acceso a oportunidades de trabajo. La compleja situación socio-territorial plantea un desafío de superación del sector ante una alta fragmentación y competencia entre organizaciones barriales.

El caso de Villa Zagala es diferente. Primero porque se inserta en la primera corona metropolitana, entre los municipios de San Martín y de Vicente López, y por su carácter marginal en ambos casos, no ha recibido tanta atención como área de intervención urbanística. De hecho, el barrio es producto del “dejar hacer” de los mercados inmobiliarios y los códigos de planeamiento solo reglamentando el uso industrial dominante en la zona. La necesidad insatisfecha de vivienda popular dio lugar a diversas iniciativas de loteos económicos con viviendas auto-construidas que generó un barrio humilde obrero con limitaciones, pero cómodo en su inserción metropolitana, especialmente, una vez que se terminó la construcción de la Avenida General Paz. Pero posteriores intervenciones del estado declamando el derecho a la vivienda digna, primero, bajo gobiernos democráticos, y con gobiernos militares después, erradicaron poblaciones en villas miserias de Retiro, albergándolas en complejos de densidad media en la zona. La etapa posterior fue la proliferación de asentamientos informales y sucesivas intervenciones de regularización y construcción de nuevas viviendas en una secuencia interminable, hasta la actualidad, de intentos por dignificar a los habitantes del barrio, ocupando los pocos espacios disponibles y concentrando sectores populares en condiciones de alta densidad y hacinamiento, con alarmantes estándares de inseguridad y riesgo sanitarios por la ausencia de cloacas. La construcción de un centro de integración comunitaria (CIC) y diversos intentos fallidos constituye un eslabón más en una larga cadena de intentos fallidos de generar un proyecto con alguna coherencia de mejoramiento barrial, todavía en proceso.

Figura 6

Figura 6

El caso del barrio san Carlos en Moreno (figura 6), es producto del loteo de fracciones rurales con propósitos de urbanización. Desde su origen el barrio se benefició de la ayuda filantrópica de organizaciones eclesiásticas que construyeron viviendas para madres solteras comprando una fracción junto con el municipio. El crecimiento del barrio no estuvo exento de la proliferación de asentamientos informales en los alrededores, como forma de albergar a sectores imposibilitados de acceder a sus lotes y viviendas a través del mercado. Diversas iniciativas de provisión de servicios, tales como una línea de colectivos y la red de gas, fruto de iniciativas privadas y no gubernamentales respectivamente, entre otras cuestiones, lograron generar condiciones urbano-habitacionales mejores para sus habitantes. Recientemente, la construcción de un gran complejo de viviendas en sus inmediaciones, en la lógica de producción de viviendas dentro del Plan Federal, aportó algunas infraestructuras de pavimentos, pero sin servicios sociales suficientes, tendiendo como en los casos anteriores, al efecto de concentración de población vulnerable en un mismo espacio urbano aislado, profundizando la condición de “ghetto”, desconectado de su entorno, reconocible a partir de la comparación de sus indicadores de densidad y hacinamiento con respecto al resto del municipio.

Figura 7

Figura 7 bis

El barrio “Los Pinos” en Escobar (figura 7) es diferente en su génesis con respecto a los otros sectores considerados. Desde su origen surgió como hábitat informal, a partir de la venta de terrenos privados intrusados, destinado a la erección de casillas precarias para albergar población trabajadora en distintos oficios de Escobar. Su condición de “barrio dormitorio” impuso un patrón habitacional de alta densidad y hacinamiento. Pero el perfil migratorio del barrio, en el que conviven familias del interior y exterior del país, le otorgó un nivel de organización social importante que se potenció a partir del arribo de la ONG “Techo” quien con su metodología de trabajo y la provisión de viviendas de emergencia, impulsó un proceso de mejoramiento integral. Dicho mejoramiento consistió en la provisión de la infraestructura básica para conectar el barrio a su entorno, incluyendo el mejoramiento de la única vía de acceso a través de un entoscado y la construcción de un puente peatonal para cruzar el arroyo que rodea el barrio. La lucha por la tenencia segura del suelo a partir de la regularización de los terrenos forma parte de la agenda actual de inclusión que llevan adelante los vecinos apoyados por la ONG.

Figura 8

Figura 8 bis

Finalmente, el barrio “Padre Varela” en Luján (figura 8), habiendo sido producto de la iniciativa de un sacerdote de la zona que se dedicó a parcelar terrenos de la iglesia y apoyar la construcción de viviendas de bajo costo para familias de escasos recursos, devino con el tiempo en una comunidad con un alto nivel de organización social. Tal organización, materializada en la figura de sociedad de fomento, supo aprovechar su impulso para regularizar todos los terrenos informales a través de una iniciativa municipal, así como emprender un conjunto de obras claves, tales como el asfaltado que definiría dos barrios con características sociales según accedan o no al pavimento. También el paso de servicio público de transporte, aprovechando el asfalto, completó la agenda de inclusión, acompañada de la llegada de diversos servicios sociales. Pero el progreso del barrio no fue uniforme, ya que el sector que no accede al pavimento, es el mismo que se encuentra asentado informalmente en terrenos inundables, presentando indicadores alarmantes de hacinamiento y riesgos de desastres, especialmente asociado a las inundaciones. Una problemática que afecta al barrio en su conjunto es la falta de cloacas, lo cual combinado a la amenaza de las inundaciones constituye un riesgo de desastres socio-ambiental considerable. La construcción de vivienda social en las inmediaciones del barrio plantea principios de un proyecto más amplio de inclusión urbana, que junto a diversas obras de infraestructura, especialmente la red cloacal, define una estrategia de inclusión en concordancia con una visión de desarrollo de la ciudad y sus barrios populares.

Los comentarios están cerrados.