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Parados en un pie de igualdad

Mario Gómez, quien como Director de la casa de la cultura oficio como expositor y anfitrión al mismo tiempo, dio la perspectiva de los pobladores. Expuso sus ideas desarrolladas a partir de la experiencia histórica, las conquistas y los aprendizajes alcanzados con años de organización y lucha.

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«Difícilmente pueda hablar desde lo académico, sí puedo hablar de lo que es la vivencia en estos barrios. Alguien tiene más de 40 años viviendo, sosteniendo y generando arraigo, pertenencia en estos lugares. Claramente desde lo político queda evidenciada la diferencia que genera vivir en un barrio como este o vivir  en Rivadavia, del otro lado. Aquí el pueblo villero sabe construir. El pueblo villero está compuesto por los constructores de la ciudad. Eso es una realidad, acá tenemos el albañil, el armador, el encofrador, el yesero, la mano de obra hasta económica barata para grandes empresas constructoras. La profesionalidad que se ha generado con el tiempo, con los aprendizajes, con el día a día, el levantarse temprano para ir a trabajar, permitió que hoy en estos lugares se pudiera construir viviendas envidiables.

Donde queda evidenciada la desigualdad en lo inclusivo, es en las políticas de los distintos gobiernos -desde la dictadura que nos erradicaba, a los gobiernos subsiguientes que tampoco pudieron implementar desde la equidad- no ofrecieron respuestas para nosotros los de adentro, los de acá. Acá hay enormes y maravillosas construcciones, dentro del barrio. Pero hay problemas de servicios, que es algo que los poderes políticos en su momento, operando con una voluntad transformadora seguramente hubiesen solucionado.

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Esta ciudad no tiene – mala suerte para nosotros, los habitantes de estos barrios- miradas profundas, como yo siempre digo con respecto a lo que es el gobierno nacional, desde la inclusión. Estamos tan orgullosos de tener este lugar, por ejemplo, que es generador de herramientas para nuestros vecinos, que están empoderados del lugar.

Cuando se habla de la inclusión, nosotros intentamos hacerles saber a la comunidad o a los poderes políticos, a los poderes que tienen el poder de sostener esto, que muchas veces pretendemos que nos tomen como parte de la solución, no como parte del problema.

Lamentablemente la ciudad de Buenos Aires la gobierna una mirada que no es profunda, y en ese sentido, somos víctima en diversas situaciones, en diversas circunstancias. En mi caso, por ejemplo, soy un vecino afectado por la relocalización por el fallo Mendoza. Desde el 2011 el compañero de la defensoría de la ciudad, la Fundación Temas, la asesoría tutelar, con el acompañamiento de los curas villeros, venimos teniendo una batalla desigual con el gobierno de la ciudad. El fallo Mendoza dice que tenemos que salir de los márgenes del Riachuelo, y está bien, aceptamos el fallo de la corte suprema, pero también queremos irnos con dignidad. Pero el irnos con dignidad no tiene que ser una erradicación.

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