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Nuestras arquitectas. Una experiencia didáctico-investigativa con perspectiva de género

Ausencia de referencias

Otro problema con los que nos enfrentamos son los contenidos y las referencias utilizadas en la enseñanza de la disciplina que están centrados sobre esta mirada masculina.

Es notoria la ausencia de material referido a las arquitectas argentinas y especialmente a las pioneras publicado en los libros canónicos. La historia de las arquitectas no ha sido contada de igual manera que la de sus colegas varones. Las mujeres han sido borradas como objeto y sujeto de conocimiento, y la Historia solo ha reconstruido los registros masculinos de clases dominantes occidentales, y ha borrado, entre otras trayectorias, las femeninas. (BARTRA, 2012)

Señala María Elena Díez Jorge (2014) que, a pesar de los obstáculos, las dificultades y las prohibiciones del sistema patriarcal en los distintos períodos históricos, “ello no implica pensar que las mujeres fueran únicamente agentes pasivos de la historia y víctimas de un sistema opresor. Las mujeres participaron y participan activamente en la historia y por ende en la historia de la arquitectura.”

Los indicadores cuantitativos de publicaciones locales como el Diccionario de Arquitectura en Argentina de Clarín, que incluye unas 400 biografías en total, muestran una presencia minoritaria de mujeres arquitectas. Sólo cuatro arquitectas tienen voz propia: Marina Waisman, Filandia Pizzul, Odilia Suárez e Itala Fulvia Villa. Otras diez arquitectas están referenciadas dentro de las voces dedicadas a estudios mixtos.

Gráfico elaborado por Inés Moisset y Florencia Marciani

Existen pocos estudios referidos al tema, entre ellos, el artículo de Marina Waisman, La mujer en la arquitectura (1969), el de Ramón Gutiérrez, Las primeras arquitectas (1993), el de Roxana Di Bello, La presencia femenina en las aulas de la UBA, las primeras arquitectas (1997). Destacamos además la producción teórica de Susana Torre (1977), argentina, que en 1977 montó la primera muestra de mujeres arquitectas estadounidenses en Nueva York y cuyo trabajo es pionero en cuanto a metodología.

Cabe mencionar aquí el proyecto de investigación en curso en CONICET, llevado adelante por Inés Moisset denominado Vacíos historiográficos. La ausencia de las mujeres en la historia de la arquitectura argentina. También están en desarrollo los trabajos de las becarias de CONICET Romina Seri, en Rosario (1) y Natalia Daldi, en Mendoza (2). Por otro lado, desde 2015 el sitio Un día | una arquitecta ha rescatado varias biografías de arquitectas nacionales.

Las mujeres no estuvieron ausentes de la historia de la arquitectura argentina. Entre las primeras (período entre 1927 y 1950) que hemos identificado a través en revistas de arquitectura de la época, y que son posiblemente las primeras que construyeron en el país, encontramos a:

  • Filandia Pizzul, primera egresada (UBA 1927) que participó en los proyectos de Ezeiza y Aeroparque y diversos hospitales en Argentina.
  • María Luisa García Vouillloz, autora de las piscinas de Parque Chacabuco, Parque Patricios, Buenos Aires
  • María C. Negri, ingeniera, coautora del Colegio Santa Unión de los Sagrados Corazones, Iglesia de San Roque de Villa Ortúzar y de la Iglesia de La Falda, Córdoba, entre muchas
  • María Stella Genovese, autora de la Municipalidad de Concordia y autora de un manual para mujeres constructoras.
  • Itala Fulvia Villa, Integrante del Grupo Austral y autora, junto a Violeta Pouchkine del edificio en la calle Arcos 2952, Buenos Aires y los Panteones subterráneos del Cementerio de Chacarita
  • Angelina Camicia: coautora del edificio de renta de Rodríguez Peña Buenos Aires.

Otras arquitectas que han construido en Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX son Alicia Cazzaniga Debora di Veroli, Perla Estable, Carmen Córdova, Flora Manteola, Josefa Santos, Celina Castro, Elena Acquarone, Olga Wainstein, Teresa Bielus, Diana Agrest, Silvia Hirsch, por citar algunas.

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