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Laboratorio de género y urbanismo. Iniciativas por el derecho a la ciudad

Las percepciones de varones son diferentes: “nunca me dijeron nada” (Varón, 24 años) y por lo general ubican la responsabilidad en los mismos cuerpos de las mujeres: “yo siempre le digo que tenga cuidado con lo que se pone”, haciendo referencia a otras mujeres de su círculo cercano.

Las vivencias de la mayoría de las mujeres, reflejan situaciones de “incomodidad” que se encuentran en otros relatos y hace parte de una matriz de comportamiento social. La sensación de temor de transitar ciertos espacios a determinada hora, el miedo a una persecución, manoseo, acoso, ocurre con mayor frecuencia en las mujeres que en los varones. Este proyecto colectivo entre academia, sociedad y estado en el territorio, se orienta a la producción de conocimiento, la capacitación y la acción sobre discursos, dispositivos e intervenciones que reconfiguren sentidos e incidan en una mayor equidad entre los géneros.

Diversas acciones confluyeron, desde diferentes perspectivas, buscando construir nuevas narrativas y sentidos al interior de nuestra comunidad educativa. Desde el año pasado, las acciones referidas a la implementación del Protocolo de prevención y acción ante situaciones de violencia por razones de género y orientación sexual en el ámbito de la UNT plantean nuevos desafíos: de registro, sensibilización y capacitación. Por otra parte, diversas iniciativas referidas a la articulación de investigación, docencia y extensión sitúan estas preocupaciones en relación a las violencias que se infringen de manera particular en los cuerpos de las mujeres y los cuerpos disidentes y los desafíos desde el campo profesional (14).

Desde el Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales con el proyecto y Práctica Profesional Asistida sobre género, ciudad y violencias se plantearon algunos dispositivos, en relación a algunos antecedentes y articulaciones previas en el ámbito local y nacional, para el registro de las percepciones y situaciones y vivencias cotidianas vinculadas a las violencias y el acoso.

En una fase emergente del proyecto y ante la demanda de un municipio del área metropolitana, se comenzó a articular acciones en torno a la Red contra el Acoso Callejero. Espacios de Resguardo inmediato para víctimas de acoso callejero y Trayectos Seguros (15).

Muchos desafíos aún para la inclusión de los derechos de las mujeres en la ciudad. Los gobiernos locales tienen la posibilidad de asumir este tema en la agenda urbana. Como parte de los aportes del equipo de trabajo, desde el espacio del Observatorio asumimos la importancia de la función social de la universidad de articulación y retroalimentación entre la investigación, la docencia y la transferencia en diferentes ejes de trabajo (paisaje, movilidad, ambiente, mercado de suelo vinculados al planeamiento urbano). La dimensión de la espacialidad y la territorialidad es sustantiva en relación a los desafíos de política pública y a las demandas de nuestro lugar y nuestro tiempo.

En ese sentido, desde el Observatorio Metropolitano (XVI) las actividades desarrolladas en el marco de los proyectos en curso, se orientaron a la ampliación de la información espacial disponible, la generación de salidas cartográficas para el análisis y seguimiento de las dinámicas territoriales, elaboración de modelos territoriales y escenarios, con el fin de aportar con evidencias al debate del derecho a la ciudad para un público amplio y la democratización de la información. Durante este proceso fue necesario integrar múltiples fuentes de información provenientes de una red descentralizada de servidores (IDE) que incluían Datos (datos fundamentales, datos básicos, datos de valor agregado o temáticos), metadatos y servicios (WMS, WFS).

La construcción de indicadores específicos en la línea de los antecedentes de diferentes redes temáticas en la región que actualmente se consolidan en el país, emerge como desafío. El abordaje de las condiciones del espacio público supone observación directa y otros registros. El porcentaje de estatuas, monumentos y/o calles con nombres de mujeres en relación al porcentaje total de estos elementos permite, en relación a la dimensión de representatividad, dar cuenta de la escasa visibilización y reconocimiento social y simbólico de las mujeres en el espacio público; la presencia o ausencia de dispositivos que permitan ver y ser vistos. A partir de la propuesta de Punt 6 (Ciocoletto, 2014) en la primera fase de sistematización de datos y mapeo colaborativo, se trabajó con My Maps. En una segunda fase, la utilización de software de escritorio (Qgis, Arc GIS) permitió cruzar información a fin de analizar distintas variables a partir de la identificación de sectores en relación a la presencia o ausencia de ciertas cualidades urbanas. Para la producción de salidas cartográficas, se utilizaron servicios Web MapService (WMS), que restituyen una imagen del mapa y servicios Web Feature Service (WFS) que devuelven entidades con geometría y atributos factibles de utilizar en diferentes análisis geoespaciales disponibles en los nodos de la IDET. A partir del desarrollo de marcadores personalizados (en formato svg) estas capas de información actualizadas periódicamente en el Observatorio Metropolitano, permiten dar cuenta de estas dimensiones hacia la generación de respuestas de política pública hacia ciudades más inclusivas (16).

El trabajo en la generación de cartografía cualitativa que permita visualizar en el territorio diferentes dimensiones de la desigualdad de género, implica el análisis en distintas escalas de trabajo e investigación, por un lado aquellas que permiten dar cuenta de las desigualdades socioterritoriales en términos de acceso a bienes y servicios, a partir de indicadores de base censal. Por otro, aquellas indagaciones que implican el análisis del entorno urbano y la ciudad a escala barrial y de espacio público con el fin de visualizar además, aspectos vinculados a la percepción, la vivencia y el uso de la ciudad según género. En relación a los desafíos de la Nueva Agenda Urbana para Tucumán y los lineamientos estratégicos metropolitanos (18) vinculados al crecimiento y expansión así como al completamiento de la estructura urbana y metropolitana, las demandas de la sociedad de nuestro tiempo se plantean en términos de diversidad, nuevos roles, nuevas familias, sujetxs emergentes.

Conclusiones

Actualmente dos cuestiones casi paradojales adquieren relevancia en nuestras ciudades latinoamericanas, sobre todo ante la escalada neoliberal en la región: i) la(s) desigualdad(es) y la(s) violencia(s) que se infligen de manera particular sobre los cuerpos de las mujeres, pero también sobre otros cuerpos disidentes y el emergente como nuevos actores sociales que encuentran también nuevas expresiones en el espacio público en particular los movimientos feministas en pos de derechos.

La agenda de los gobiernos y los organismos internacionales, con la central y decisiva contribución del movimiento feminista, avanza en la construcción de una perspectiva centrada en la titularidad de derechos humanos y la autonomía de las mujeres. Sin embargo, aún persisten grandes deudas sociales con las mujeres y central y preocupante son los fundamentalismos de distinto tipo operan actualmente con mayor impacto y frecuencia.

Las ciudades se construyen y planifican desde una concepción de la vida cotidiana de las personas que responde a una concepción neutral basada en la división sexual del trabajo y se dicotomiza en espacios públicos y privados, que históricamente se han adjudicado al género masculino y femenino respectivamente. Al mismo tiempo la sociedad hoy cuestiona esas neutralidades y dicotomías en todos sus órdenes e incluso amplía las identidades en omisión. Por otra parte, la mayor parte de lo que se ha escrito sobre las ciudades se ha hecho prescindiendo del análisis del sujeto que producía el conocimiento, dándose por sentado que este era un sujeto cognoscente universal, transparente y puro. La omisión de la discusión sobre género, deja sin problematizar un conjunto de desigualdades que ponen en desventaja a ciertos/as sujetos sociales. En este fin de siglo XX y comienzos del XXI, les toca a las mujeres, en particular en América Latina, un acceso generalizado a la conciencia colectiva, a la posibilidad —por primera vez en la historia— de re-pensar o re-crear la cultura desde su propia experiencia histórica y presente.

Desde el espacio del Observatorio asumimos la importancia de la función social de la universidad de articulación y retroalimentación entre la investigación, la docencia y la transferencia. Se sostienen diversas iniciativas que buscan abrir campos de reflexión y debate a partir del análisis crítico de desarrollos teóricos y experiencias en el mundo y en particular en el contexto latinoamericano sobre formas de intervenir, vivir y valorar la ciudad según los sistemas de género. Además propiciar el enriquecimiento mutuo del área de conocimiento y las prácticas, vivencias y cotidianeidad e intervenciones para reducir las desigualdades y tender a una mayor equidad.

En diferentes universidades, es latente el desafío de las unidades de extensión universitaria como gestoras al modo de consultoras privadas, soslayando procesos de integración socioeducativa. En la década del 2000 y, acompañando el proceso político en Argentina y en la mayoría de los países de América Latina, y agudizado en estas últimas décadas se ha avanzado en la necesidad de pensar (pensarnos) a la universidad y al sistema científico en su conjunto por fuera del paradigma neoliberal, comprometidos con las problemáticas socioterritoriales. En el centenario de la reforma, más que una evocación de hechos nos demanda repensar cuáles son los desafíos revolucionarios de nuestra universidad.

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