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La práctica y su espacio, la docencia en el taller

La evaluación como experiencia memorable

Como parte de la propuesta pedagógica del taller no solo debieron diseñarse didácticas específicas, sino que fue necesario desarrollar nuevas estrategias de evaluación de los contenidos. Estas se plantearon como parte de los procesos asincrónicos de enseñanza-aprendizaje desarrollando experiencias que fueran más allá de la acreditación o certificación de los contenidos alejándonos de las corrientes eficientistas tradicionales.

A la tensión habitual que se genera entre los procesos y los productos realizados por los estudiantes, se le sumaba la tensión entre los contenidos teóricos y la aplicación dado que en la materia de tecnología el trabajo consistía en aplicar propositivamente los contenidos teóricos volcados en el taller a través de charlas. Frente a este escenario el equipo tenía dos modos de abordaje diferenciados, aquellos docentes provenientes de las materias técnicas estaban acostumbrados a evaluar a través de parciales mientras que los que venían del área del proyecto lo hacían a través de correcciones sobre las propuestas.

Los parciales como modalidad de evaluación de los contenidos técnicos específicos eran una disrupción en el proceso del curso ya que los estudiantes que trabajaban en el desarrollo de proyectos debían solapar el trabajo práctico con el estudio de ejercitaciones resolutivas. Para conformar un parcial que reuniera todos los contenidos específicos se organizaban preguntas y/o ejercicios dividiendo en subáreas (ambiente, construcciones, soporte) contraponiéndose con el trabajo coordinado en la práctica del taller. El parcial entonces, tendía a evaluar los temas por separado haciendo que los estudiantes atomicen los contenidos y los estudien de forma distinta a la propuesta por el mismo taller.

Por su parte el modo de corrección habitual en los talleres de proyecto se basa en el intercambio oral entre docentes y estudiantes sobre los avances de la propuesta lo que resultaba insuficiente a la hora de evaluar las especificidades propias de la materia tecnología ya que era muy difícil realizar un intercambio exhaustivo abarcando los temas con la profundidad necesaria.

Es preciso aclarar que en el primer año eran 150 estudiantes, en el segundo y tercer año entre 120 y 100 mientras que el último curso contaba con aproximadamente 60 estudiantes.

Como respuesta a esta complejidad fue necesario diseñar un repertorio de estrategias de evaluación complementarias entre si: el coloquio, las exposiciones, los pares evaluadores (coevaluación), intercambios (externos / internos), jornadas con especialistas entre otras.

El coloquio se propuso como una instancia de evaluación general del taller como una experiencia transversal a todos los niveles de la materia movilizando tanto a estudiantes como docentes. Se trató de una modalidad de evaluación oral individual sobre el trabajo práctico en una instancia avanzada del proceso de cursada. De esta forma se aspiraba a que los estudiantes pudieran conceptualizar lo desarrollado dejando un margen para incorporar a las propuestas los comentarios y observaciones surgidas de esta experiencia. Los trabajos prácticos de carácter grupal tenían instancias individuales por lo que cada estudiante debía presentarse a la evaluación con todo el material producido. Las mesas estaban conformadas por docentes de los respectivos niveles a cargo con la colaboración de miembros del equipo de otros niveles, de esta manera los estudiantes tenían que presentar sus trabajos frente sus referentes habituales y a otros que no eran parte cotidiana de su cursada. Los respectivos equipos docentes elaboraban un temario exhaustivo para compartir con sus pares que debían estudiar los temas específicos de ese curso. La intensión era fomentar una instancia de formación no solo para los estudiantes sino también para los docentes.

Titulares y adjuntos diseñaban el cronograma y la distribución del equipo docente y estudiantes en mesas de evaluación, intercalando las temáticas para enriquecer la experiencia. De esta forma se cruzaban estudiantes que trabajaban en zonas geográficas o con programas diversos debiendo responder preguntas específicas sobre todos los temas planteados en el curso. En las mesas siempre se buscaba localizar las interferencias entre las diferentes dimensiones de proyecto planteando el cruce entre las instalaciones con las estructuras, la relación de ésta con la envolvente etc. Cada estudiante tenía un tiempo acotado para su exposición con la posibilidad de establecer un dialogo dentro de la mesa.

El coloquio era presentado como una experiencia absolutamente diferente de las habituales en la cursada que involucraba al taller en su conjunto generando una sinergia entorno a la producción de conocimiento formidable. Asimismo, los estudiantes trabajaban con una única modalidad, la práctica y eran evaluados desde su propia producción y las de sus compañeros. Evaluar la teoría a partir de la producción práctica para luego volver a la producción e incorporar lo aprendido en la instancia de evaluación teórica.

Para el equipo docente resultaban jornadas muy intensas que fomentaban el espíritu de trabajo del taller contribuyendo al intercambio entre los diferentes niveles y por consiguiente generando aportes cruzados entre los mismos. Al mismo tiempo, la intensidad del momento del coloquio combinado con la rotación en la formación de las mesas evaluatorias y el intercambio entre niveles exigía a los docentes correrse de su lugar de confort (el área de conocimiento específico de cada uno) y abrirse a compartir con otros docentes la evaluación de forma coordinada y simultánea.

Las exposiciones como instancias de formación y no de consagración eran una forma habitual de trabajar en taller ya que se generaba una puesta en común y discusión sobre los trabajos. Los cortes en el proceso de proyecto establecían puntos de inflexión en el cual los estudiantes se dividían en grupos por temas, programas, localizaciones, tecnologías en común o cruzadas dependiendo el objetivo del intercambio. La totalidad del trabajo colgado en las paredes y los estudiantes recorriendo y exponiendo su producción generaba una dinámica que retroalimentaba el desempeño individual.

Exposición y puesta en común.
El perímetro del aula utilizado como soporte para compartir en conjunto el estado de la producción, exponer y realizar un intercambio con otros estudiantes y docentes en conjunto. Taller Tecnología 5-6 2019.

Además, existían instancias de exposición general del taller donde todos los niveles exponían su producción y se invitaba a los estudiantes de los diferentes niveles a recorrer y consultar sobre lo realizado en otros cursos.

Exposición y puesta en común.
Las mesas utilizadas como soportes para la exposición de maquetas del Laboratorio de estructuras. Taller Tecnología 1. 2019.l último curso (tecnología

En el último curso (tecnología 8) la propuesta de trabajo asumía la madurez en la formación de los estudiantes incorporando otro tipo de instancias como por ejemplo la denominada evaluación entre pares donde cada grupo debía exponer los avances frente a sus compañeros y estos debían evaluarlos aspirando realizar aportes conceptuales, clarificar contendidos, sugerir modos de mostrar lo producido, etc. El objetivo de la actividad era que los estudiantes cambiaran de rol y tuvieran el compromiso de la escucha y reflexión sobre la producción del otro. Aprender a escuchar analíticamente y poder elaborar una opinión, plantear dudas y/o posibles caminos. Muchas veces resulta difícil lograr que los estudiantes opinen del trabajo de los demás para evitar exponer a sus compañeros de manera que realizar una actividad concreta y direccionada propiciaba el intercambio estimulando una escucha profunda.

Pares evaluadores. Dos equipos de estudiantes. Uno expone y el otro evalua. El equipo docente evalua a los evaluadores. Estudiantes del curso del Taller Tecnología 8 2019

Los intercambios fueron instancias de exposición oral de los trabajos frente a docentes invitados que resultaron una manera de enriquecer a los estudiantes y a la propuesta pedagógica. Por este motivo se realizaban en los diferentes niveles y momentos del curso con la intensión de tener una mirada externa al taller, con una cierta distancia tanto de la producción como de los estudiantes. Los comentarios que se realizaban eran concretamente sobre los productos en el estadio de desarrollo en que se encontraban al momento del intercambio dejando de lado el proceso y las particularidades de cada estudiante y/o grupo. Estas experiencias de taller fomentaban la práctica de la exposición oral de los estudiantes que debían organizar una presentación, así como también su discurso para contar sus propuestas en un tiempo determinado.

Docentes invitados externos. Estudiantes del curso del Taller Tecnología 8 2019 invitado: Arq. Fernando Cynoviewk.

Las jornadas con especialistas fueron unas experiencias interesantes para el taller ya que se convocaba a expertos en diferentes áreas a trabajar junto con los estudiantes en sus proyectos estableciendo un alto en la dinámica cotidiana del taller. Esta modalidad se implementó en el último nivel y posibilitó que los estudiantes trabajaran en conjunto con los especialistas en sus experimentaciones. Participaron arquitectos, ingenieros, así como también referentes de la industria local. Este intercambio buscaba generar una relación directa entre los estudiantes y diferentes actores del mundo profesional abriendo a la comunidad el trabajo realizado desde la academia.

Jornada con especialistas: Arq. Guillermo Labat, Arq. José Rapisarda, Ing. Daniel Mesa y Arq. Pablo Mesa y Juan Guli. Taller de Tecnología

Por último, como consideramos importante tener una instancia de exhibición pública de lo producido realizando una presentación y celebración de los logros académicos alcanzados a lo largo de los cuatro años de cursada dentro del taller se diseñaron actividades especificas para el cierre de ambas ediciones del EXCA (2018/2019).

En ambos años la actividad consistió en la exposición de los trabajos en un tiempo acotado (15 minutos) mediante un proyección así como también de los modelos y/o maquetas realizadas. La presentación oral que había sido previamente ensayada en instancias intermedias a lo largo del curso posibilitaba a los estudiantes llegar a muy buenos niveles de síntesis y claridad en la exposición de sus producciones.

En el año 2019 este evento se desarrolló por invitación en la sede de la Academia Nacional de Buenos Aires resultando una actividad de extensión y transferencia entre ambas instituciones. Para los estudiantes fue una oportunidad singular de presentar lo realizado en un ámbito externo al universidad.

Jornada de exposición final y concurso de Tecnología 8 2019 en la Académica Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
Devolución del jurado invitado y dictamen del concurso por parte de los invitados: Arq. Max Zolkwer, Prof. Arq. Luis del Valle y Arq. Teresa Chiurazzi. Tecnología 8 2019 en la Académica Nacional de Ciencias de Buenos aires.

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