3. LA ESCALA URBANA HUMANA
El crecimiento de las ciudades lleva a que áreas de valor arquitectónico o cultural (por la capacidad de constituirse en rasgo de identidad de una ciudad), sean transformadas por las presiones inmobiliarias perdiendo sus valores y adquiriendo características similares a las que hoy tiene el área central en cuanto a densidad poblacional y edilicia.
El crecimiento indiscriminado es una de las amenazas más graves del equilibrio urbano, y por consiguiente su regulación es clave en la consideración de la escala humana. Esto no significa un congelamiento del crecimiento; sino más bien, mirar lo existente y estudiar de qué manera se pueden mantener los valores que caracterizan cada sector. La renovación no debiera ser sinónimo de destrucción de los valores existentes, sino de crecimiento y evolución.
Tener en cuenta la escala cumplirá una función clave en la reorganización de la ciudad. El criterio para determinarla, ha de ser la comparación con las dimensiones humanas. Lo que sea demasiado rápido, congestionado o grande comparado con las dimensiones del hombre no será lo adecuado. Es preciso buscar la magnitud óptima. Pensar cada sector como parte de un todo, pero actuar en relación a su propia escala.
En el sector de estudio de Barrio San Vicente2, las posibilidades de crecimiento planteadas, lejos de preservar las cualidades del sector, propician, mediante una normativa reductiva, la destrucción de los valores a partir de ignorar la escala. No es solamente entonces la pérdida de la oportunidad de consolidar un área con valores propios y diferenciados, sino que se transforma en un factor que determina su destrucción.
Gradualmente, la enorme masa construida, se impone cambiando la atmósfera del área. La densidad edilicia propuesta sugiere un aumento de la población y del movimiento vehicular que llevaría a afectar las posibilidades de crear y sostener un ambiente urbano con alta calidad de vida.
San Vicente es un barrio-pueblo de Córdoba, ubicado en la periferia del centro de la ciudad. La población hace uso intensivo de sus espacios públicos y es posible observar una gran interacción social entre sus habitantes.
Matriz ambiental que muestra el estado actual. Las construcciones son en general de una o dos plantas por lo que podemos decir que la horizontalidad y homogeneidad predominan en esta zona. El área de mayor renovación edilicia dentro del barrio es sobre la calle principal donde es posible ver sólo algunos edificios en altura.
Foto aérea de una porción de Bº San Vicente.
Es probable que priorizar sólo el crecimiento cuantitativo siga siendo adecuado para paliar necesidades inmediatas y de carácter temporal en cuanto a unidades habitacionales, pero en planes a mediano y largo plazo este crecimiento sólo debiera ser posible si está acompañado de un crecimiento cualitativo.
Una normativa no debería estar basada sólo en lo utilitario, sino que su idea debiera estar muy vinculada con un modo de vivir cualificado en la ciudad.
Necesitamos rever los criterios por los que la normativa actual fue creada, comprobar si siguen vigentes, y a partir de allí reelaborarla proponiendo un programa adecuado para resolver los problemas actuales de la ciudad desde el diseño urbano.
Definición aproximada de la volumetría a partir del perfil máximo permitido por la ordenanza. La visión prospectiva nos posibilita adelantarnos en el tiempo y ver que es lo que los diseñadores de la normativa pensaron para ese sector.
Definición aproximada a partir de la consolidación lote por lote. La materialización del perfil definido a grandes rasgos por la normativa tiene pocas probabilidades de concretarse al intervenir la acción singular que además de respetar los perfiles definidos para el sector, debe considerar aspectos en cuanto al factor de ocupación del suelo, patios de ventilación e iluminación.
El incremento de unidades habitacionales, con un máximo demasiado alto en relación a las posibilidades físicas de absorber este incremento en cuanto a infraestructura de servicios y espacios públicos para la interacción social, llevaría a una disminución de las cualidades de habitabilidad. Al no estar planteadas modificaciones sustanciales en la trama actual, es posible suponer una pérdida de las relaciones sociales, basadas en la confianza e intimidad que implica el número de habitantes que tiene el barrio en la actualidad. La cantidad de personas a incorporarse modificaría la densidad actual para llegar a una densidad similar a la del área central de la ciudad.