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Intersubjetividad en las prácticas proyectuales. Extensión, interdisciplina y territorio.

5. Reflexiones finales

Existen muchos posibles desarrollos de productos y escalas tecnológicas-productivas que favorecerían la incubación de unidades productivas de un barrio en proceso de re-urbanización; pero para poder repensar los procesos proyectuales es necesario sensibilizar a los futuros profesionales acerca de su posición en relación a otros sectores de la sociedad y los mecanismos a los que se verán expuestos en su vida profesional. Muchas veces, el acompañamiento de las acciones de resistencia mediante la proyección material de un hábitat posible -aunque no vaya a construirse- es la forma de comprobar y cuestionar la falta de acción del poder público y las limitaciones de las normativas y legislaciones vigentes. Este carácter particularmente crítico y reaccionario permite a los proyectistas pensar en hipótesis materiales que quedarían fuera de lo permitido según la mirada tradicional. Según Lefebvre

La estrategia de renovación urbana, reformista en sí, se torna “forzosamente” revolucionaria, no por la fuerza de las cosas sino porque va en contra las cosas establecidas. La estrategia urbana fundada en la ciencia de la ciudad tiene necesidad de apoyo social y fuerzas políticas para operar. No actúa por sí sola. No puede dejar de apoyarse en la presencia y la acción de la clase obrera, la única capaz de poner fin a una segregación dirigida esencialmente contra ella.  (Lefebvre, 1969:133)

Las experiencias proyectuales, de carácter exploratorio, generan una base sobre la cual construir la demanda específica hacia los sectores del poder político. Al tomar como insumo las preexistencias simbólicas y materiales del barrio se pretende visibilizar caminos alternativos a las políticas excluyentes que niegan la posibilidad de coexistencia de distintas formas de habitar. La exploración y argumentación de alternativas proyectuales capaces de revertir los fenómenos de exclusión socio-espacial en el cual se encuentran  inmersos  los sectores vulnerables de nuestra sociedad es un camino para comenzar a repensar el rol de las disciplinas que generalmente cumplen el mandato de las “profesiones liberales”.

Para poder generar una plataforma de trabajo con los sectores populares que permita salir de la idea asistencialista y asimétrica en relación al conocimiento técnico y la producción del hábitat es necesario ensayar propuestas que involucren nuevas herramientas y modos de hacer, que se diferencien de las prácticas profesionales orientadas al consumo de sectores medios y altos, la obsolescencia planificada de los artefactos, los productos “de moda”, la copia de estilos y tecnologías que no contemplan el desarrollo local ni el uso consciente de los recursos disponibles. Este cambio en la visión acerca del campo disciplinar debería ir acompañado de un giro hacia los agentes potenciadores de cambio, como ser la economía social, las tecnologías para la inclusión, entre otros recursos disponibles que plantean alternativas en las relaciones de producción. Para que esto ocurra, aun hace falta reconocer –desde la experiencia y la reflexión-  lo heredado en las prácticas y desnaturalizar aquello dado como obvio e indiscutible.

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