Mi experiencia más importante en el manejo de las relaciones personales en la vida lo aprendí con Elena Lucca de Pelli, que es la mujer de Victor Pelli, que es una socióloga increíble. En el año 80 y, ni bien terminó la dictadura, sí 83 terminó la dictadura, ahí 83-84 entramos a hacer un trabajo con los inundados, a ver, se inunda una zona, sacan a toda la gente de la inundación, las ponen en las escuelas, y había que llevar urgente, a la gente de acá y la llevan a distintas escuelas durante la inundación, fue en noviembre, tuvieron diciembre, enero, febrero, había que sacar a esta gente de las escuelas.
Entonces, yo hice gestión con Cáritas, porque había que ver de dónde venía alguna plata, para poder apoyar un modelo de gestión que teníamos desde el equipo de la universidad con Víctor, entonces nos vamos a una localidad que se llamaba Fontana, armamos el equipo interdisciplinario, y ahí estaba Elena y llegamos a un lugar que no tenía arraigo, entonces salían de las escuelas de cualquier lugar y se encontraron en un páramo y venían de las zonas inundables, pero no eran ni vecinos, ni parientes, los sacaron de cualquier lado y los pusieron, ustedes van a Fontana a 850 familias.
Nos llamaron y nos dijeron, ahí tienen un territorio, hagan algo. Dificilísimo. Elena, en un momento dado nos explica el sentimiento de esta gente, que se desconocen, era la peor situación que podíamos tener, no deseado quizá el lugar donde los llevan, no saber de qué se trata el que está al lado de ellos, sin ni una casa ni nada, empezar a vivir en… Entonces hubo todo un proyecto de transitoriedad en todo el lote para después hacer las viviendas definitivas. Pero, fundamentalmente lo que planteó en ese momento Elena, y planteó el equipo, es que antes de la casa, teníamos que solucionar otras cuestiones que eran mucho más importantes y complejas, y fundamentalmente una vuelta a la autoestima totalmente perdida por parte de toda esa gente y una seguridad en sí misma y todo lo demás.
Empezamos trabajando debajo de un árbol, con una mesita en pleno febrero, un calor…, y la gente en unas carpitas, en unas chozas. Entonces, Elena les decía vamos a empezar, citaba a una reunión “a las 9 de la mañana del día martes vamos a estar todos acá y quisiéramos que todos estén cerca de este árbol, porque ahí es donde vamos a charlar todos juntos”. Eso era el día siguiente, llegábamos con los vehículos, entrábamos al lugar, nos sentábamos debajo del árbol, y nos miraban todos desde las chocitas.
Entonces yo digo:
– Vamos a buscarlos.
– ¡De ninguna manera!..no te movés” – dice Elena
– Pero Elena…
– No te movés de acá.
Media hora, dejaba otro cartel que decía, “el equipo técnico estuvo acá esperando media hora, todos nos vieron, volvemos mañana a la misma hora”. Y nos íbamos y yo me ponía… loca, qué desesperación y te vas. Al día siguiente pasaba exactamente lo mismo.
¿Qué hacés vos espontáneamente?, te vas y los buscás a todos y los traés a todos como manada, que te digan por qué no vinieron y encima les pegás una retada, ustedes qué se creen porque nosotros somos técnicos y ustedes por qué no vienen, si venimos a trabajar para ustedes. Y por segunda vez el equipo técnico estuvo porque necesitamos trabajar con ustedes y necesitamos que ustedes estén con nosotros, y nos íbamos. Por supuesto que nos íbamos a escuchar la clase de Elena en el gabinete, porqué no había que hacer eso, por qué había que hacer otra cosa.
En ese mismo momento, aparecían los camiones del estado entregando colchones, mercadería. Elena dijo, acá no entran. Nos dicen,dónde van a estar esos víveres y esas cositas, y por favor que nosotros los vamos a ir a buscar. Pero no dejen de darmos. Pero la modalidad no es esa, la modalidad es que la gente primero trate de salir de esa bronca terrible, y se anime a venir. Porque no es que no venía porque si, no venía porque estaban hartos, y con ese tipo de hartazgo no se puede trabajar.
Entonces al cuarto día, vinieron. Y ni hablamos de por qué no habían venido los días anteriores. Bueno, vamos a trabajar rapidito porque estamos un poquito atrasados. Saben que, vamos a tener acá, tenemos frazadas, hay esto y lo otro, a ver ¿quién se va a encargar de revisar cuántos chicos tiene cada familia? Yo, decía uno y ¿quién se va a encargar de ver cuánta necesidad tiene cada familia?… Ellos hicieron el listado de cómo repartir, la harina, los fideos, el colchón, las frazadas, la leche, y se les pasó a ellos la responsabilidad de que digiten toda esta cantidad de cosas que se entregaba, vos viste cuando llega un camión a los necesitados que les sacan todo, estos eran tan necesitados, como cualquiera, pero la metodología de trabajo hizo de que den un salto cualitativo en lo que sea la organización, la metodología, la equidad, porque es lo que tenemos que enseñar. No es tanto, cuando hablamos de inclusión y la inclusión y la inclusión, cómo los vas a incluir, cuál es el método de la inclusión, con qué herramientas trabajás esa inclusión. Porque lo que se está haciendo ahora, para mí, va en contra de la inclusión ¿qué querés que te diga?