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Desafíos y aproximaciones, hacia una ciudad más justa

Algunas líneas de desarrollo

Pensar en políticas públicas implica desarrollar estrategias técnicas. Acá me voy a poner un poquito más duro. Estrategias en cuanto a necesarias situaciones de poder, construcción de posibilidad en la articulación de actores y afectación de intereses siempre en pugna en la asignación de recursos que tienen origen y tienen destinos que se ondean, eligen y afectan. Cuando alguien te dice: «No hay presupuesto» o «no hay tal cosa», siempre hay.Está en algún lado. El tema es si querés sacarlo de ese lado y ponerlo en otro, si tenés poder para hacerlo.

Alguien lo tiene. No todos tenemos congelada la emisión monetaria. Técnica, permítanme el término provisorio, aunque nos haga un poco de ruido, en cuanto a la necesaria construcción y aplicación de conocimientos específicos, siempre multirreferenciales, siempre capaces de trascender las hegemonías discursivas del momento. No podemos discutir sobre la creación de derechos sin introducir que estos no resultan de un acto de voluntad sin más, sino consisten en saber construir la capacidad o potencia de concretar esos imaginarios, de manipular herramientas y condenar materiales, ya se trate de conceder algo para preservar inteligentemente el todo, como proponía Wilde, o para subvertir revolucionariamente en la búsqueda de un orden distinto como proponía Evita. Si la generación del discurso políticamente correcto nos puede hacer creer por momentos que se ha ganado una batalla cultural, o lo que es lo mismo, que el mundo camina indefectiblemente en su mañana venturoso, en una renovada conciencia extendida en la necesidad de nuevos equilibrios -esto es un discurso masivo de cualquier político, digamos- corremos el riesgo de ingresar todos sobre establecimientos para alienados, para colmo de males pareciendo usando el plena felicidad dentro de lo que estamos haciendo. La discusión de las políticas es la discusión del poder posibilitante de su ejecución. No hay discusión de estos temas que no sea política. La discusión de lo público es sobre las capacidades de un estado, que sin haber terminado de recomponerse como árbitro en un sentido, cíclicamente ha vuelto sobre sus pasos a arbitrar en un sentido contrario. Párrafo aparte para el rol de instituciones como la que nos alberga, institución estatal, al fin de cuentas, mal que le pese a los amigos reformistas. La universidad pública también está tensionada entre la producción acrítica y la innovación operativa. Maneja, como siempre se ha dicho peyorativamente, otros tiempos, que permite sin embargo un necesario alejamiento de lo coyuntural, para insistir en lo esencial si es bien aprovechado o para en cambio y por desgracia invisibilizarlo, cosa que también se hace en estos lugares. Aquí también conviven estas dos actitudes, sin embargo, seguimos siendo una herramienta que vive de proyectar, de ponderar experiencias pasadas e imaginar futuras, se trata de saber aprovechar el instrumento en el mejor de sus sentidos.

Me entusiasma el verbo proyectar, solemos preguntar a nuestros estudiantes qué significa la noción de hábitat justo o de derecho a la ciudad, a inicios del siglo XXI. Inevitablemente surge de la primera respuesta: el que garantiza el acceso a las infraestructuras básicas como piso grande de oportunidades. «Bienvenido a los finales del siglo XIX», respondemos socarrones, poniendo a nuestro estudiante en contacto con la frase de Wilde. Para los pobres, caños. Llegaste un siglo y medio tarde. Algún otro envalentonado, sospechoso de alguna militancia política, sube inmediatamente la apuesta, en la búsqueda de mejor suerte, y dice: «el que garantice el acceso a bienes y servicios en forma equitativa como condición de ciudadanía», responde airoso. Repetimos con él la fórmula socarrona, ahora en otra clave: «Bienvenido a mediados del siglo pasado», le contestamos con La Razón de Mi Vida en la mano. Pensar el derecho, el hábitat, con cualquier otro contexturante social, es pensar en términos de transformación constante, en definitiva, permítanme insistir, hasta en términos de proyecto. ¿Qué debemos agregar hoy por parte, por sobre este piso infraestructural y el pleno goce de bienes y servicios? Es cierto atender y entender que existen aún espacios diacrónicos donde este piso y desarrollo están aún lejos de ser satisfechos, a pesar del tiempo transcurrido desde su formulación. Pero también es cierto que satisfacer estos derechos sin la incorporación de otros nuevos no acaba de incluir, no termina de articular, siempre estamos corriendo de atrás. Dejo planteados algunas pistas posibles a discutir. La sostenibilidad entendida más allá de la caricatura ecológica, sino con una buena utilización de las energías, el acceso a la virtualidad más allá del acceso a los medios, la complementación de programas productivos contemporáneos en la generación de ciclos virtuosos en los recortes de hábitat, y las siglas que se nos vayan ocurriendo agregar y todo eso en materia de proyectos de investigación. Desde hace un tiempo a esta parte venimos participando en un espacio colectivo con muchos otros compañeros aquí presentes, cada uno desde su entidad de inserción, intentando precisar y definir el concepto de urbanización por ejemplo de villas. Todos hablamos de reurbanización, pero cada uno entiende reurbanización por algo distinto. Algunos entienden que reurbanizar es hacer un edificio notable de firma internacional arriba de una villa y otros pensamos que reurbanizar es que ese sector sea un barrio más de la ciudad, en iguales condiciones de justicia, o las dos cosas por ahí, no sé, pero una sola, seguro no.

Aquí existen algunos espacios además de este, donde se tratan estos temas, como la maestría especializada de Hábitat y Pobreza Urbana en América Latina, para que haya estudios de posgrado también sobre esto. Me parece que los centros de investigación que alimentan ese conocimiento renovado de grado y posgrado, las transmisiones que podemos hacer desde esta universidad a otras universidades y lo que vuelve de esas otras universidades acá, me parece que hay un caldo de cultivo más que interesante. Si me permiten el exabrupto, para ya dejar de intentar convencer a la gente cuando no se quiere convencer y profundizar muy seriamente, para que no sea una repetición de soluciones ya conocidas, sino sea una actitud más consciente y más inteligente sobre aquellos temas como el que nos convoca hoy digamos. ¿No? Pasar de la consigna a las especificaciones de la consigna. Las consignas hoy lamentablemente solas son vacías, sin ese aporte técnico que está por debajo. Si hay alguna militancia posible, que es una palabra también bastante bastardeada, a mi juicio es una militancia específica desde el lugar del que te tocó digamos. Si sos arquitecto, sos diseñador, sos abogado, sos médico, estos temas son temas interesantes de tratar, porque son los temas más complejos y más difíciles de tratar, y que requieren de más inteligencia. Como decimos también muchas veces, no hacemos esto porque seamos buenos, además que nos creemos buenos obviamente, y porque nos paguen, si lo hacemos esto, porque es lo más interesante de hacer, porque es lo que tiene más variables en juego, porque lo que tiene más problemática sumada, si resolvemos esto, después resolvemos cualquier otra pavada que nos presenten. Son los problemas más difíciles de resolver.

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