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COMÚN-TECTURAS: arquitecturas de lo común para resignificar el espacio doméstico

Articulaciones

Los espacios comunes son aquellos que permiten articular lo público con lo privado. Pero, a pesar de su importancia para el buen funcionamiento del conjunto, estos espacios son los que se proyectan mayoritariamente de manera residual, como aquellos espacios mínimos de circulación, distribución, etc. que permiten una habitabilidad mínima al conjunto habitacional. Cabe destacar que usualmente suelen proyectarse restringiéndose al mínimo reglamentario imprescindible. Desde esta mirada a partir de las articulaciones de lo común, se propone analizar los espacios como circulatorios, distributivos y concentradores (ver fig. 9).

Figura 9: Pieza gráfica comparativa de “articulaciones”. Fuente: Nicolás Blanco, Rodrigo Herrera, Alejandro Zorio, Aldana Aimé Pannocchia, Ramiro Horst, Federica Strupeni, Leonela Spada, Clara Caballero y Anabella Ullo, en el marco del laboratorio de investigación.

Como circulatorios entendemos a aquellos espacios que sirven mayoritariamente para desplazarse, para ir de un punto a otro del conjunto. Serían pasajes, pasillos, pasarelas y escaleras, que, por su condición espacial y morfológica, más bien estrechos y largos, sólo pueden entenderse para ser atravesados, sin permitir otro tipo de interacciones o encuentros permanentes. Acá destacamos los pasajes en planta baja en Los Perales, los largos pasillos de Nicolás Repetto, las pasarelas que comunican horizontalmente todas las torres de vivienda del Conjunto Rioja y las pasarelas que permiten múltiples circulaciones en La Fábrica. Este es un aspecto interesante de este caso en cuanto a lo circulatorio, puesto que estos espacios comunes ofrecen la posibilidad de circular de un extremo al otro del conjunto. Por el contrario, se destaca Lugano I y II por no contemplar pasillos, puesto que se ingresa a las unidades directamente desde los palieres con un esquema de germen de núcleo de escaleras central que da servicio a dos unidades.

Por otro lado, los espacios distributivos serían aquellos que aseguran el intercambio de recorridos, que ofrecen opciones de cruce que son claves para la articulación general del conjunto. Normalmente, son reducidos en cantidad y suelen tener una proporción más bien cuadrada. Aquí se puede obviamente circular, pero también permanecer un tiempo relativo, ofreciendo la posibilidad de encuentros por su condición de articulación, pero sin ser su característica principal. Estos espacios de ubicación estratégica ponen en relación lo exterior con lo interior y son los espacios intercambiadores por excelencia del conjunto, como zaguanes, ingresos, halles y palieres. De los casos de estudio se destaca La Fábrica, que cuenta con espacios distribuidores en altura, cosa que permite la diversidad de accesos y recorridos y, al mismo tiempo, permite encuentros de pequeña escala. Otro caso interesante es el ingreso de Quintana 4598, que se plantea como un gran espacio distribuidor en planta baja.

Por último, los concentradores representan espacios de congregación de una cantidad significativa de personas, ofrecen el marco ideal para la permanencia de calidad y albergan las actividades colectivas que se pueden desarrollar en el conjunto. Estos espacios son de tamaño, proporción y ubicación diversas, pero suelen tener dimensiones amplias para que se desarrollen múltiples actividades, tales como el ocio, el deporte, los cuidados, la cultura o las actividades productivas. También permiten las reuniones y los acontecimientos más significativos en la vida cotidiana, siendo los espacios adecuados para lo indeterminado o lo no programado (Juárez Chicote; Rodríguez Ramírez, 2014). Los más representativos son los patios y las galerías, como se ofrece en La Fábrica. También las terrazas y las cubiertas, como en el Conjunto Rioja, Nicolás Repetto y Quintana 4598. Pero, en realidad, es en la planta baja el nivel más significativo donde se suelen ubicar este tipo de espacios y actividades, como sucede en Lugano I y II. Cabe destacar que el diseño de estos espacios es clave para el buen funcionamiento de la vida en comunidad y muchas veces incluyen superficies verdes, introduciendo variables de confort, salud y biodiversidad, como en el caso de la terraza de Quintana 4598.

Gradientes

La idea de gradación permite múltiples posibilidades para la arquitectura (Fujimoto, 2012), puesto que los espacios comunes son capaces de generar gradaciones imprevistas y darles nuevas formas. En este sentido, la vinculación entre casa, barrio y ciudad permitiría la creación de múltiples gradientes capaces de poner en relación la vida cotidiana, el tejido asociativo primario y la construcción de comunidad. Estos espacios comunes, como espacios intermedios, serían aquellos capaces de poner en relación la escala de lo íntimo con la de lo comunitario y lo colectivo, permitiendo diferentes gradientes de transición.

Así, se trabaja con la idea de gradientes de lo común como gradualidad secuencial en los espacios sociales, de menor a mayor intimidad. Estos espacios van desde los espacios más íntimos, individuales o no; los espacios convivenciales, como primer nivel de sociabilidad que se da al interior de las unidades de convivencia; los comunitarios, compartidos entre varias viviendas delimitando una comunidad con capacidad de autogestión; los colectivos, que serían aquellos que se dan entre las distintas comunidades como espacio de gestión colectiva entre varias comunidades; hasta los espacios públicos, que serían los que, aun siendo del conjunto, son cedidos a la vida pública, como nivel de mayor sociabilidad.

Aunque el análisis de los casos a partir de esta variable revisa las configuraciones habitativas, visibilizando la superficie total que es, de alguna manera, compartida en diferentes personas (ver fig. 10), es cierto que, en general, no presentan un interés particular en este sentido. Esto imposibilita posibilidades de expansión de las unidades de vivienda, ofrece pocas situaciones de transición entre espacios compartidos e individuales e impide la improvisación y la espontaneidad en las interacciones vecinales cotidianas. Las plantas bajas tampoco presentan un trabajo interesante de gradientes, cosa que permitiría situaciones de diferentes calibres y cualidades.

Figura 10: Pieza gráfica comparativa de “gradientes”. Fuente: Nicolás Blanco, Rodrigo Herrera, Alejandro Zorio, Aldana Aimé Pannocchia, Ramiro Horst, Federica Strupeni, Leonela Spada, Clara Caballero y Anabella Ullo, en el marco del laboratorio de investigación.

A pesar de esto, se destaca La Fábrica como un caso interesante para comprender cómo se diseñan ciertas espacialidades de lo común, que invitan a habitar y disfrutar el lugar de manera colectiva. Se reconoce una búsqueda proyectual que va más allá de divisiones espaciales de manera binaria, incluyendo distintas escalas y formas de relación, que aportan cualidades espaciales diversas. Se vincula el espacio más íntimo con el convivencial a partir de su ubicación en dos niveles diferentes y éste con el comunitario mediante terrazas intermedias, que permiten la visibilidad e interacción. En definitiva, La Fábrica es un caso donde se demuestra la riqueza de las transiciones espaciales.

Regulaciones

Entender el proyecto de vivienda a partir de gradientes lleva asociada la variable de regulaciones, puesto que esto permite el control de niveles de intimidad y sociabilidad gracias a la regulación de tamices de distintos materiales y opacidades. En el interior de las unidades de convivencia también se buscan distintas relaciones espaciales versátiles y adaptables mediante límites regulables, capaces de responder a las distintas necesidades de sus habitantes, adaptándose a un gran grupo de personas o varios grupos pequeños.

El elemento representativo del límite en la arquitectura es la puerta. Sirve para protegernos, encerrarnos y separarnos. Como dice Georges Perec (1974: 64): “la puerta rompe el espacio, lo escinde, impide la ósmosis, impone los tabiques: por un lado, estoy yo y mi-casa, lo privado, lo doméstico […]; por otro lado, están los demás, el mundo, lo público, lo político”. En este sentido, la investigación proyectual sobre las regulaciones de lo común indaga acerca de la ruptura del binarismo entre público-privado y exterior-interior, sin dejar de pensar en la intimidad como necesidad básica del ser humano. Para ello, se exploran diferentes niveles de intimidad y de interacciones colectivas a partir del tratamiento de límites permeables, franqueables o compartidos.

Como en la variable anterior, y en relación a ésta, los casos no presentan, en general, un gran interés desde el punto de vista de las regulaciones entre los espacios (ver fig. 11). En general, los ambientes se suelen separar mediante opacidades y se presentan nulos matices mediante tamices o translucideces. Las transparencias son escasas y vinculadas directamente con las fachadas, pero no se utilizan para potenciar ciertas relaciones internas. Además, los mecanismos de apertura y desplazamiento no presentan características especiales que puedan potenciar espacios mutables y adaptables en el tiempo.

Figura 11: Pieza gráfica comparativa de “regulaciones”. Fuente: Nicolás Blanco, Rodrigo Herrera, Alejandro Zorio, Aldana Aimé Pannocchia, Ramiro Horst, Federica Strupeni, Leonela Spada, Clara Caballero y Anabella Ullo, en el marco del laboratorio de investigación.

Como en la anterior variable de análisis, La Fábrica es el único caso que presenta un interés espacial desde el punto de vista de las regulaciones, especialmente por los tamices que se dan entre las terrazas convivenciales y los espacios comunitarios, y entre estos. La construcción de límites blandos con ladrillo común calado, barandas metálicas o divisorios permeables en madera permite, por un lado, la amplitud espacial y el reconocimiento del conjunto en su totalidad en espacios de mayor intimidad y, por otro lado, el reconocimiento del entorno, la interacción vecinal y el control comunitario. La regulación espacial es, pues, una variable importante a tener en cuenta a la hora de diseñar espacios seguros y de calidad y de generar diferentes grados de intimidad y de convivencia.

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