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A-Parquear

LA CIUDAD COMO NUEVA NATURALEZA

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“¿Cómo se formó el uso coloquial del término «natural»? Seguramente no pudo utilizarse el vocablo «natural» o «naturalmente» (como hoy lo hacemos en tantas lenguas) hasta que la naturaleza fue domesticada, comprendida, sometida a organizaciones taxonómicas que explicaban como razonable lo que previamente había sido concebido como misterio inaprensible y amenazador”(6). Imaginar una nueva naturalidad, dicen Ábalos & Herreros, “que surgiera de la profunda ambigüedad con la que la naturaleza se nos presenta como objeto de conocimiento y de experiencia estética, ese conglomerado híbrido y mestizo, entrópico, humanizado, confundido con su antiguo enemigo el artificio, enroscado en el espacio político, trasunto de lo que algún día fue el espacio público, un magma turbulento, fluyente y azaroso. Paradójica conclusión: una nueva naturalidad sin referencias naturales”.

Ya no hay arquitectura o construcción: hay naturaleza: El concepto de ciudad debe ser desterritorializado, vaciado de significado, convertido en un nuevo campo ávido de ser reterritorializado, y esta nueva significación debe ir en una dirección: la de la generación de nuevas infraestructuras de espacio público. Es aquí donde A-Parquear es plausible de ser inscripto en una serie de trabajos que, a escala global, podemos reconocer hoy día en grandes ciudades americanas, europeas o asiáticas. A la manera de ProEixample(8) (un buen ejemplo, que se llevó a la práctica exitosamente en Barcelona y que tomamos como modelo), o el archi conocido High Line Park de Nueva York, entre otros tantos.

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Algo que tienen en común estos proyectos es que saben reconocer espacios vacantes en áreas densamente consolidadas, ¿terrain vagues acaso? «Terreno baldío» en español, «vaste land» en inglés, son expresiones que no traducen en toda su riqueza la expresión francesa. Porque tanto la noción de «terrain» como la de «vague» contienen una ambigüedad y una multiplicidad de significados que es la que hace de esta expresión un término especialmente útil para designar la categoría urbana y arquitectónica con la que aproximarnos a los lugares, territorios o edificios que participan de una doble condición. Por una parte «vague» en el sentido de vacante, vacío, libre de actividad, improductivo, en muchos casos obsoleto. Por otra parte «vague» en el sentido de impreciso, indefinido, vago, sin límites determinados, sin un horizonte de futuro. Nuestras grandes ciudades están pobladas por este tipo de territorios. Áreas abandonadas por la industria, por los ferrocarriles, por los puertos; áreas abandonadas como consecuencia de la violencia, el receso de la actividad residencial o comercial, el deterioro de lo edificado; espacios residuales en los márgenes de los ríos, vertederos, canteras; áreas infrautilizadas por inaccesibles entre autopistas, al margen de operaciones inmobiliarias cerradas sobre sí mismas, de acceso restringido por teóricas razones de seguridad y protección(9).

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